Un amor más allá del amor por encima del rito del vínculo, más allá del juego siniestro de la soledad y la compañía. Un amor que no necesite regreso, pero tampoco partida. Un amor no sometido a los fogonazos de ir y de volver, de estar despiertos o dormidos, de llamar o callar. Un amor para estar juntos o para no estarlo, pero también para todas las posiciones intermedias. Un amor como abrir los ojos. Y quizás también como cerrarlos. Roberto Juarroz
Há três espécies de homens: os vivos, os mortos e os que andam no mar. (Platão)